También conocida como e-waste, la basura electrónica es ya una preocupación para el mundo. Se conoce así a los residuos electrónicos y eléctricos que se generan por la compra, a veces innecesaria, de nuevos dispositivos para renovar los antiguos cuando aún no han agotado su vida útil.
El avance de la tecnología hace que los productos electrónicos se queden obsoletos muy rápidamente y, que ayudados con la fuerza del marketing, nos hace deshacernos de toneladas de ellos a diario.
Residuos electrónicos
Se conoce como basura electrónica al conjunto de ordenadores, monitores, teléfonos, televisores, y todos los dispositivos electrónicos que se desechan. Cerca de la mitad del total de los residuos electrónicos que se generan son dispositivos personales como ordenadores, tabletas y smartphones. El resto está compuesto por electrodomésticos más grandes y equipos de aire acondicionado y calefacción.
Su bajo coste y la obsolescencia programada tanto de su hardware como de su software, ha favorecido el crecimiento de este tipo de basura tan especial. Aumentando sus cifras en un 8% en dos años.
Tanto la fabricación, como el reciclaje de sus componentes electrónicos suponen un coste energético y de recursos considerable. Debido a su composición, son un tipo de productos muy complejo y en su interior albergan diferentes materiales que son muy contaminantes y, que si no gestionamos su desecho, podrían acabar en ríos o bosques causando un gran impacto medioambiental.
Un peligro con consecuencias globales
Los desechos electrónicos son el tipo de residuos que más rápido crecen en el mundo. Debido a este crecimiento, supone un riesgo social y medioambiental importante. Y todo debido a su composición, ya que en ellos podemos encontrar materiales peligrosos tales como metales pesados como el mercurio, plomo, cadmio, cromo, arsénico o antimonio. Todos estos son especialmente perjudiciales para la salud y el medioambiente.
Debido a la compra masiva de estos dispositivos en los países más desarrollados, estos han ido mandando estos desechos a los países que mejor ratio tienen en este campo: los países con pocos ingresos. Ya que no tienen muy bien desarrolladas las infraestructuras para generar este tipo de basura, las grandes economías los utilizan de vertederos electrónicos.
La basura electrónica es ya un problema que se manufactura desde los países occidentales a los subdesarrollados, acarreando consecuencias graves para la salud de sus habitantes y sus suelos y espacios naturales.
Cómo ejecutar estos desechos
Debido a que en su composición se encuentran elementos químicos muy valiosos como oro, cobre, platino o paladio, debemos gestionar estos productos con el fin de recuperarlos para su reciclaje y su futuro uso como materia prima secundaria de nuevos productos.
Menos del 20% de los desechos electrónicos se recicla formalmente. Este tipo de residuos está contaminando el suelo y las aguas subterráneas, debilitando así el sistema de suministro de alimentos y agua.
Su correcta digestión se lleva a cabo en plantas especializadas para ello. Como la nuestra, donde además nos encargamos de la destrucción de la información y los datos que estos aparatos albergan en su interior.
Soluciones para reciclar la basura electrónica
Este problema global es importante tratarlo desde varias perspectivas y organizaciones. Todas las soluciones que puedan ayudar a su no desarrollo harán que la situación del planeta mejore. Algunas de estas propuestas son:
- El ecodiseño, que defiende el diseño de productos duraderos o al menos producidos con materiales reutilizables.
- Sistemas de recompra y devolución de productos electrónicos usados.
- Fomentar la minería urbana para extraer los materiales y minerales de los desechos electrónicos desde las propias plantas de reciclaje.
Aunque siempre se pueden seguir los preceptos clásicos del reciclaje, basado en la teoría de las tres erres:
- REDUCIR: aplicar un sistema de alquiler de dispositivos electrónicos para evitar la compra masiva de dispositivos y su producción maximizando su uso y reutilización.
- REUTILIZAR los productos que sigan funcionando y reacondicionar aquellos que tengan algún defecto cambiando sólo las piezas que sean necesarias, manteniendo los componentes que sigan en perfecto estado.
- RECICLAR la basura electrónica en el sitio correcto: los puntos limpios o tiendas especializadas. Estas últimas están obligadas a albergar estos espacios de reciclaje si su superficie supera los 400m2.
Minimizar estos residuos tóxicos y sus consecuencias está en nuestra mano. El sistema electrónico actual debe ser revisado con el fin de sincronizarlos con el ciclo de la economía circular, la cual defiende que los recursos no se extraen, utilizan y descartan, sino que se valoran para ser reutilizados minimizando así los impactos que pueda generar su desecho. Estos materiales son cada vez más caros de extraer y existen pocos lugares en la Tierra donde se puedan conseguir. La reutilización de estos materiales como materia prima secundaria abarataría mucho más los precios a los consumidores.