Los equipos informáticos, por su composición, pueden llegar a ser muy contaminantes si no son reciclados de manera correcta. Los materiales plásticos, metálicos, eléctricos y electrónicos de los que están hechos pueden en su mayoría ser reutilizados para la producción de otros aparatos.
Si estos productos no se desechan de manera correcta, pueden terminar en vertederos y contaminar con sustancias peligrosas el entorno al filtrarse en el agua o el ambiente, pudiendo afectar a la fauna, la flora y la salud humana.
¿Qué son los RAEE?
Conocidos como RAEE son los residuos que provienen de los aparatos eléctricos y electrónicos, y de sus materiales, componentes, consumibles y subconjuntos que los componen, procedentes tanto de hogares particulares como de usos profesionales. El Real Decreto 110/2015 del 20 de Febrero regula la prevención y reducción de los impactos adversos causados por la generación y la gestión de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos sobre la salud humana y el medioambiente. Además, este Real Decreto también determina los objetivos de su recogida y el tratamiento de los residuos, así como los procedimientos para su correcta gestión.
La implantación de esta regulación busca mejorar la eficiencia en el uso de los recursos y reducir los impactos globales. Así, defiende y da prioridad a la prevención en la generación de residuos de los aparatos eléctricos y electrónicos y su preparación para la reutilización de sus componentes. Todos ellos deben ir marcados con el símbolo de un contenedor tachado para informar de que no se pueden tirar a la basura, sino que deben ser recogidos de manera selectiva.
Proceso de reciclaje de los RAEE
La mejor opción en este caso para los RAEE es su reparación o reutilización evitando así que se conviertan en residuos. Para esto es necesario un sistema que permita conservar las características de los aparatos mediante un servicio de recogida, transporte, clasificación y almacenamiento para evitar dañarlos.
En el caso en el que los aparatos no puedan ser reutilizados, ni sus piezas tampoco, éstas deben ser trituradas para su reciclaje. Con los procesos adecuados para esta fase, es posible recuperar las materias primas que las componen. Estos materiales pueden ser utilizados nuevamente en otros procesos industriales evitando el agotamiento de los recursos naturales finitos.
El proceso de gestión de estos residuos requiere de una serie de pasos para la conservación de los materiales útiles que se extraen de los equipos. Los usuarios de estos aparatos pueden deshacerse de ellos en diferentes puntos específicos de recogida de manera gratuita.
Objetivo
La finalidad de estos procesos es convertir los RAEE en nuevos recursos, recuperando los materiales con los que fueron creados para que vuelvan a ser utilizados en un nuevo proceso de producción. Esta gestión garantiza la reutilización de estos materiales útiles al final del proceso optimizando y minimizando el impacto de los residuos sobre el medio ambiente.