Las grandes ciudades son sin duda alguna uno de los focos principales de contaminación que cualquier país tiene. Estas grandes “Selvas de cemento” concentran gran aglomeración de gente y todos ellos necesitan un sitio donde vivir o un medio en el que desplazarse, entre otras necesidades.
Todo ello ha llevado a la construcción masiva de edificios, que dejan en un segundo o incluso tercer plano los espacios naturales. Pero afortunadamente, como explica el arquitecto y profesor de la Facultad de Arquitectura de la UNAM, Guillermo Buchan, existen hoy en día interesantes alternativas en términos urbanísticos que respetan el medio ambiente.
Arquitectura que cuida el medio ambiente
La conocida como Arquitectura Racionalista se basa en el uso racional del espacio destinado a la construcción y la correcta distribución de los elementos en el mismo, intentando en todo momento incluir un entorno natural como parte de dichas construcciones.
Gracias a esta iniciativa se logra reducir el impacto medioambiental que supone el apilamiento de edificios sin ningún tipo de espacio verde entre ellos, consiguiendo con ello un esquema de crecimiento que es respetuoso con nuestro planeta.
Esta disciplina surgió a principios del siglo XX y no tenía ni mucho menos el objetivo que le atribuyen en la actualidad. Nació como una solución vanguardista e innovadora en la que los jardines en el techo, los huertos urbanos o las zonas ajardinadas entre unos edificios y otros eran una marca distintiva estéticamente hablando.
Hoy en día más que nunca es más que una disciplina arquitectónica, la Arquitectura Racionalista es una excelente solución para dotar a las grandes urbes de “pulmones” en sus edificios y así contribuir a la preservación de un planeta que necesita de la ayuda de todos para que se mantenga tal y como lo conocemos por mucho tiempo.